RITOS

Libro de los muertos

Momificación

Culto en los templos

 

 

 

 

 

LIBRO DE LOS MUERTOS

 

El Libro de los muertos era colocado en las tumbas para servir de guía a los fallecidos en los peligros y dificultades que les esperaban en el otro mundo.

El muerto tenía que estar en condiciones de poder jurar que no había cometido ningún "pecado". Los dioses y las diosas juzgarían su alma. El muerto es conducido a un vestíbulo donde ha de celebrarse el juicio. Éste tendría lugar ante Osiris, en compañía de Isis. . Anubis custodiaba a los muertos, pesando el corazón del difunto en una balanza y poniendo a Maat, la pluma de la verdad, en el otro platillo . Si el corazón y la pluma tenían el mismo peso , el muerto había sido virtuoso , mientras que si el corazón pesaba más que la pluma , sería declarado perverso.

Thot actuaba como escriba de los dioses y anotaba el veredicto emitido por el tribunal. Si se descubría que el muerto había llevado una vida depravada, el dios Sobek, lo devoraría.. Si, por el contrario, la sentencia fuese favorable, el difunto sería admitido en los "paraísos del más allá", donde gozaría de una nueva vida.

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LA MOMIFICACIÓN

 

 Según Herodoto y Diodoro, existían tres tipos de momificación, según los recursos económicos de la familia del difunto:

 

El embalsamamiento de 1ª clase requiere muchos cuidados y tiempo.. Sirviéndose de un gancho de hierro que se introduce por las ventanas nasales se extrae el cerebro, pero no en su totalidad, ya que una parte de él queda disuelto por las sustancias que se inyectan.. Seguidamente, con un afilado cuchillo de piedra de Etiopía se practica al cadáver una incisión en el flanco y le sacan las vísceras. Posteriormente las limpian y rocían con vino de palma, para pulverizarlas con especias molidas. Luego rellenan el vientre con mirra pura triturada, finísima casia y toda clase de sahumerios, excepto incienso, y lo vuelven a coser. Después sumergen el cuerpo en un recipiente lleno de natrón (una disolución de carbonato sódico), dejándolo allí por espacio de 70 días, pero no más, ya que sino la sosa atacaría demasiado la carne. Pasado este tiempo, se saca el cuerpo, se lava bien y se rellena el vientre con serrín de madera.. Ha llegado la hora de vestir a la momia. Se cuelgan collares, pectorales y amuletos. Se colocan brazaletes, dediles, anillos y sandalias. En la herida realizada por la incisión se coloca una hija de oro macizo, donde se graba o incrusta el ojo "udja", que tiene la virtud de curar las heridas, y los cuatro genios protectores de los canopos. Entre las piernas se coloca un ejemplar del Libro de los Muertos , guía indispensable del otro mundo. Los operadores juntan bien las piernas del cadáver, lo cruzan de brazos, y lo envuelven totalmente, incluída la cara, con un sinfín de vendas impregnadas de goma que los egipcios utilizaban generalmente en lugar de cola..

. Después los deudos se llevan el cadáver a casa y lo meten dentro de un ataúd de madera de forma humana, y cuando ya está dentro del féretro, lo arriman de pie a la pared de la habitación del muerto

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En el embalsamamiento de 2ª clase los embalsamadores llenan las jeringuillas con aceite de cedro que inyectan en el cuerpo (pero sin aplicarles ninguna incisión ni retirarles los intestinos del cuerpo, sino que lo introducen por el orificio anal que luego obstruyen para evitar la salida del aceite). Después de esto, el cuerpo permanece sumergido en natrón durante 70 días, y al final de este período dejan que se escurra el aceite, el cual ha disuelto el estómago y las vísceras. Mientras, la carne ha sido atacada y disuelta el gran parte por la sosa, de modo que el cadáver se ha quedado casi en la piel y los huesos. Cuando esto sucede, devuelven el cadáver a la familia y no se preocupan de él.

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El embalsamamiento de 3ª clase se reduce a la limpieza de las vísceras por medio de lavativas, adobando el cadáver con natrón durante 70 días. Después lo secan al sol y sin más requisitos lo devuelven a la familia.

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CULTO EN LOS TEMPLOS

El culto en los templos egipcios, en nombre del rey y a sus expensas, era un acto secreto llevado a cabo sin la participación del público. El sacerdote calificado debía purificarse en la casa de la montaña, donde tomaba el incensario, lo encendía , dirigiéndose al santuario. De esta forma iba purificando todos los lugares por donde pasaba.. La estancia donde se encontraba la estatua de madera dorada del dios o de la diosa estaba cerrada, por lo que el sacerdote debía romper el sello de arcilla y descorrer el cerrojo.. El sacerdote se prosterna, derrama ungüento sobre la estatua, la inciensa y recita himnos de adoración. El sacerdote infundirá vida a la estatua presentándole el ojo de Horus y una estatuilla de Maat. Tras estas ceremonias la estatua es conducida fuera de la estancia sagrada, procediendo al aseo del dios: lo lava, lo inciensa, lo perfuma, lo viste, volviendo a colocarlo en la naos. Tras esto le ofrece comida, que será consumida por el fuego. Tras las últimas purificaciones con el natrón, el agua y el terebindo, el culto ha terminado. El sacerdote cierra la naos, cierra el cerrojo y sella la puerta. Tras esto el sacerdote se retira caminando de espalda y borrando así las huellas de sus pasos.

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